Regreso a mis papeles, a mis formas,
a mis colores, en fin,
a mi soledad anticuaria donde eres protagonista y espectadores,
donde te canto y sueño, en fin,
donde te escribo.
Perdona si huí de tu presencia
por los acantilados en busca de un amor pasajero,
pero como ves, volví, regrese a ver tu mirada en mi mente,
en mis escritos, en mis puntos y letras, en fin,
en mis poesías.
¿Recuerdas los momentos en que no estábamos juntos
pero aun así éramos felices porque nos teníamos?
pues bueno gracias por regresar a mis noches y tardes
a mis días y mañanas, en fin,
gracias por regresar a mi vida.
Rudolf Jonatan
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